Cada vez más parejas se decantan por una boda civil. Las clásicas ceremonias religiosas están dando paso a celebraciones de los más variopintas donde no tiene por qué ser un ayuntamiento o un juzgado el único escenario para dar el sí quiero.
Si tenéis claro que no os vais a casar por la Iglesia y preferís una boda civil, tened en cuenta quiénes están legalmente autorizados para oficiar la ceremonia, así como los lugares en los que podrán casaros.
Además de todos los documentos y trámites necesarios para casarse por lo civil, tenéis diferentes opciones para organizar una ceremonia simbólica, una vez convertidos legalmente en marido y mujer.
Olvidad la idea de que una boda civil es más fría o aburrida. Si os apetece una ceremonia diferente, tenéis alternativas y no hay que renunciar a un evento único por el simple hecho de no acudir a una iglesia y un sacerdote.
¿Quiénes pueden oficiar una boda civil?
Antes de hablar de las distintas ceremonias que podéis escoger y cómo organizar una boda civil diferente, divertida o de lo más emotiva, hay que recordar el acto en sí y la legalidad vigente en este sentido.
Si estáis en España, lo más normal es que os case algún funcionario público, que son los que tienen designada esa función.
En concreto, esa función aparece en el Código Civil que recoge que las personas con competencia para matrimonios civiles son:
- El juez encargado del Registro Civil correspondiente
- El alcalde de la localidad donde vayáis a casaros
- Un concejal designado por el alcalde para la función de oficiante
En el caso de matrimonios celebrados a bordo de naves o aeronaves, tienen competencia el capitán o el comandante. Y también pueden hacerlo los funcionarios diplomáticos de los registros civiles en el extranjero.
Una vez que tenéis todo en regla y ya sois marido y mujer, o matrimonio en caso de que forméis una pareja homosexual, es el momento de la celebración “extra oficial” que tanto deseáis.
¿Dónde se puede celebrar una boda civil?
Que os caséis por lo civil no quiere decir que tengáis que hacerlo solamente en el juzgado o en el ayuntamiento renunciando a algo más emotivo. Porque además, allí tendréis que hacerlo en días laborales y por la mañana, normalmente y no os podrán acompañar vuestros allegados.
Algunos funcionarios, ya sea un alcalde o un concejal, están dispuestos a desplazarse hasta el espacio que hayáis elegido para la ceremonia y el banquete. De hecho, es lo más habitual hoy día.
Es importante que lo hagáis con tiempo, pues estas personas con cargos públicos suelen tener una agenda muy ocupada y necesitan prever con antelación las fechas. Lo normal, es que, si están disponibles, no pongan ningún impedimento, aunque en algunos ayuntamientos ese desplazamiento tiene un coste.
Pero una cosa es el papeleo para que tenga validez que se hace en pareja y otra es la ceremonia con los invitados.
Los oficiantes de bodas
¿Has estado alguna vez en una boda donde el oficiante era un amigo de la pareja?, ¿o contrataron a una profesional que resultó de lo más original y divertida?
Si es lo que queréis, pensad en quién os gustaría que se encargase de esa ceremonia simbólica.
Un amigo puede resultar muy bonito, porque os conoce muy bien y sabrá llevar el guion de forma que os identifiquéis, os sintáis especiales e incluso soltéis alguna que otra lagrimilla.
Si optáis por una persona cercana, viviréis el momento con nervios, pero con muchísima ilusión por ambas partes y, aunque lo hará con gusto y de forma altruista, lo suyo es que tengáis un detalle especial por ese gesto.
La familia es otra opción a barajar para la ceremonia en el espacio elegido, ya sea al aire libre o en un hotel. Un primo, una hermana, una tía o incluso un abuelo sabrán darle un toque diferente al momento y pueden sorprenderos gratamente.
Seguro que tenéis a alguien con labia, acostumbrado a hablar en público o con una voz de esas que engatusa desde la primera palabra. Pensad bien porque puede quedar precioso.
Y como tercera opción, existen profesionales que trabajan de maestros de ceremonias con gran experiencia en este tipo de eventos. Buscad por vuestra zona o si no, contad con alguien conocido que pueda aportar originalidad incluso cantando o con un discurso de lo más divertido o conmovedor.
Hay oficiantes geniales, que no solo se encargan de poner voz a vuestra historia de amor sino también de amenizar desde la ceremonia hasta el banquete o el baile.
Una boda civil puede ser igual o más bonita y emotiva que una religiosa. Solo tenéis que contar con el tiempo suficiente y las personas adecuadas para que sea todo un éxito.